LA CONQUISTA
Parecía un día como tantos otros, se escuchaba el trinar de las aves, el golpeteo de las olas, la suave brisa marina, el sol en su máximo esplendor. Cuando de pronto, ante la mirada atónita de los nativos, se hizo presente un extraño acontecimiento.
Algo parecía traer el mar; grande, impresionante, imponente. Al mando unos seres extraños, vestidos con trajes especiales, muy diferentes a ellos. Que hasta en la manera de comunicarse era totalmente distinta.
Quién iba a imaginar que aquello que aquello que en su momento fue novedoso, increíble, años más tarde cambiara e modo radical esa belleza arquitectónica de los grandes señoríos mexica, totonacos y demás existentes.
Que ese pueblo politeísta con hermosos paisajes llenos de color, cambiara de religión, idioma, costumbres y tradiciones.
A los españoles no les interesaba nada más que el oro. La gente se quedó confundida al ver el saqueo de los españoles, que querían todos los tributos y oro que tenía el pueblo mexica. No podían creer que el ejército español se hubiera reorganizado otra vez después de haber sido derrotados en “ La noche triste “. Y así fue como la ciudad fue tomada. Aunque el rey Cuauhtémoc mandó a su ejército hacerles frente, la fuerza de los enemigos con ballestas y escopetas, los dominó.
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